lunes, 25 de julio de 2011

Maribel, crítica literaria/8

Maribel dudó cinco segundos antes de abrir el libro y sumergirse de lleno en sus páginas.

Dudó un segundo por reencontrarse con el género novelístico después de tanta lectura dedicada al ensayo y el estudio.
Otro segundo por la desconfianza que le producía el término "best seller internacional".
El tercero, por haberse estrenado recientemente la película basada en el best seller internacional y haber puesto cara de antemano a los protagonistas.
El cuarto, por tener un título tan poco agraciado, para su gusto.
Y el quinto segundo de duda lo tuvo por el miedo a encontrarse con la típica frivolidad norteamericana (a causa de su frívolo prejuicio contra los norteamericanos) sobre temas tan importantes para Maribel.

Por suerte, cinco segundos pasan rápido, y Maribel sólo tardó cinco segundos más en verse seducida por el acertado prólogo o introducción o explicación del funcionamiento del libro o el abalorio 109 con que Elizabeth Gilbert inicia su viaje.

"Come reza ama" ha sido un paseo descalza por la arena de una playa el último mes de verano a las ocho de la tarde. Y Maribel cree que todo el mundo debería, al menos una vez en su vida, pasear descalzo por la playa en ese momento del día.

sábado, 23 de julio de 2011

Medicina Natural

El día que recuperé la esperanza en la medicina occidental fue cuando la ginecóloga de la Seguridad Social me dijo: "Mastúrbate".
Había acudido a una revisión a regañadientes y, ya que estaba, le pedí algún remedio para aliviar los dolores de útero durante la menstruación.
"¿Perdón?", le contesté atónita.
"¡Mastúrbate! Tienes todo lo que necesitas: amor, placer y alivio, al alcance de la mano. Nunca mejor dicho...", apostilló jocosa.
Yo no daba crédito a lo que oía. Después de haber rehusado visitar durante años cualquier espécimen de bata blanca -evitaba a toda costa las farmacias, las ópticas y hasta los laboratorios de la Universidad-, ahora por fin aparecía un rayo de esperanza en el horizonte de la medicina moderna.
Sentía que había dejado atrás de una vez por todas un largo historial de prescripciones patrocinadas por multimillonarias empresas farmacéuticas, de diagnósticos fallidos -con punción lumbar incluida-, de cierto episodio de pseudo abuso sexual, de casi obligarme a tomar la píldora anticonceptiva en sus múltiples variantes...
Después de lustros de desconfianza, ahora podía haber una alternativa para mí... Aunque, por otra parte, me sentí un poco estúpida al no habérseme ocurrido antes echar mano de dicho remedio.
Salí de la consulta tan contenta, tan reconfortada ante la idea de combatir el sistema desde dentro, que ya me veía llevando una máscara de Guy Fawkes en versión femenina (¿sin bigote ni perilla?).
Estaba deseando que me bajara de nuevo la regla, ahora sí podría practicar con el ejemplo, podría ser el bastión del cambio para mis hermanas ("Oh, my sister!").
Estaba ansiosa por poder finalmente decir: "Me voy a masturbar, me lo ha recomendado mi médico".

viernes, 1 de julio de 2011

MAESTRO