martes, 23 de diciembre de 2008

Excusas

Puede que sí,
que me amenace el aire.
Me acosan las palabras
desde hace tiempo.
Las tenía ocultas detrás
de mis pestañas.

Puede que sí,
que excusas como ésta
aparezcan por sorpresa entre la multitud.
Nos saludan con la mano
y, en seguida,
nos hacen un gesto obsceno y burlón.

¡Mierda para ellas!
¡Qué se jodan con sus mentiras!

Y el aire que me amenaza
toma las riendas de mi voz.
Me golpea en el estómago
y me deja sin respiración.

Me lo tengo merecido,
por puta.

Pero ya no hay dolor.

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