jueves, 21 de abril de 2011

Avanzo/Avance

Mis pies se giran solos cuando trato de caminar
y ahí estás tú, impasible.
Me tropiezo a cada paso
y tu perversa mueca no varía.

...Te estás divirtiendo, ¿verdad?

Claro, es divertido ver cómo el pasado se revela
y nos golpea en la cara.
Disfrutas observando mis torpes gestos,
mi cara de asombro,
mi falta de entendimiento.
Te encanta presenciar cómo, a mi alrededor,
se van creando, de la nada, las murallas.

No importa...
Si al final acabo devastada, estará bien
porque al menos sé que puedo sentir el diluvio en mi cara
y eso vale más que permanecer, sin motivo, en pie.

martes, 5 de abril de 2011

Grietas

Imagina una gran llanura, como las que salían en las pelícuas del Oeste cuando corrían para apropiarse de las parcelas desérticas. Hay una especie de surcos en la tierra a modo de raíles que se multiplican paralelos unos a otros. Esas grietas son los caminos por los que han de arrastrar los seres de la llanura unos pequeños vagones atados a la espalda.
Yo soy uno de aquellos seres.


Arrastro penosamente mi vagón. No sé qué llevo en él. Sólo sé que tengo que llevarlo hasta más allá del inmenso y desolador horizonte.
No sé si es por engaño óptico, pero llega un momento en el que dejo de ver a quienes van por delante de mí. Será el cansancio, el calor o simplemente un cambio de altura. Pero nunca he sabido de nada distinto a este nivel por el que transitamos.
De pronto, lo veo. Mis compañeros a los lados, que iban más adelantados, ya no están. Hay un enorme precipicio por el cual caen ayudados por el peso de sus vagones.
Yo me he detenido a tiempo.
No quiero mirar abajo. Tengo que quitarme este arnés. Necesito hacerlo antes de que me alcance el siguiente. Pero parece que lo tengo pegado al cuerpo. ¿Qué hay en mi vagón? Tengo que salir de este surco. ¿Qué vengo arrastrando? ¿Desde hace cuánto?
Braceo con desesperación, el surco parece estrecharse, el vagón comienza a empujarme a mí...

¡Y ya se acerca el siguiente!