jueves, 26 de febrero de 2009

Underground

Camino: doy pasos hacia delante, pero el suelo parece deslizarse en mi contra.
No sé por qué.

El sendero se estrecha al final. Ya ni siquiera hay un túnel con su luz. Sólo un punto en la lejanía que te hace dudar de si realmente la Tierra es redonda o acaba allí. En ese punto final.

Quiero ser invisible. Entreno duro para lograrlo. Me pongo los auriculares y casi lo consigo. Con los dos cablecitos blancos colgando apenas te miran. Ahora veo a la gente con mi propia banda sonora. Sonido en off.

Transito: recorro las líneas del metro. Me quedo agarrada a la barra del vagón, absorta en mi reflejo intermitente en el ventanal, acorralándome entre personas que suben y bajan.

Despierto. Me bajo en la siguiente: Cuatro Caminos.

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