lunes, 3 de agosto de 2009

Arena


Sopla el viento y la superficie del mar se vuelve montañosa de repente.
Ya no hay hueco para caminar por la orilla. La espuma lo deja todo de un blanco incandescente.
Me quedaré sentada sobre una roca a esperar que vuelvas. Contigo sé llegar a casa sin perderme.
Sólo deseo que regreses antes de que me devore el temporal.

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