Unos ojos abiertos en la oscuridad.
La piel húmeda de sudor contra las sábanas frías.
Huellas de caricias que escuecen al respirar.
Espalda contra espalda, abrazando las rodillas.
Silencio perturbado escondido en las esquinas.
Ojos que se mueven buscando la salida.
Telón negro impenetrable salpicado de bombillas.
La calma tensa que sucede a la tormenta.
El rumor de los truenos resonando en la cabeza.
...Y por fin, el sueño.
Mañana será otro día.
La piel húmeda de sudor contra las sábanas frías.
Huellas de caricias que escuecen al respirar.
Espalda contra espalda, abrazando las rodillas.
Silencio perturbado escondido en las esquinas.
Ojos que se mueven buscando la salida.
Telón negro impenetrable salpicado de bombillas.
La calma tensa que sucede a la tormenta.
El rumor de los truenos resonando en la cabeza.
...Y por fin, el sueño.
Mañana será otro día.
6 comentarios:
El sueño lo cura todo.
Qué bonito tíovivo, da ganas de subirse en él y quedarse a dormir agarrado a la barra.
Sí, Mariajesús, lo cura o lo emborrona. El caso es que quede en neblina...
Un abrazo fuerte.
Fontenla, lo malo de los tiovivos es que de tanto dar vueltas, te mareas... Y que conste que me encantan!
Habrá que montarse en uno como el de Mary Poppins y salir cabalgando por la ciudad.
Un abrazo y gracias por comentar.
;D
Y puede ser un gran día. El País de las Maravillas es uno de los que más me gustan, querida Alicia.
Un besico.
Un besazo Isabel.
Para mí también es uno de mis lugares favoritos!!
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