Todavía me acuerdo de ellas. Menudos porrazos con los dedos a la que tenía mi padre... A veces, me pasaba con la fuerza y traspasaba el pobre folio, que se quedaba agujereado o a lunares. Un abrazote grande, Zoe.
Hay tres máquinas de escribir en mi vida. La primera, una manual a la que había que azotar y con la que descubrí qué pronto se atascaban las teclas unas con otras. La segunda fue una eléctrica con memoria, no sé qué secretos esconderá. La tercera, la de mi abuelo, donde escribía sus correspondiendos. Se merecen mi atención y mis cuidados. Tu post ha sido un toque de atención.
Mariajesus, sí que son bonitas, verdad? Y todas los historias que guardan...
Jajaja, Isabel, a mí me pasaba igual, ¡le pegaba unos porrazos que no veas! Pero a mí se me colaban los dedos por entre las teclas y acababa siempre llena de arañazos, jajaja.
Fontenla, qué suerte la tuya que tuviste tantas. Espero que las cuides y las guardes bien, son toda una leyenda.
BLANCO, gracias por compratir un minuto de tu "Hora de la nostalgia". Ojalá algún día nos descubras los 59 restantes...
BESOS Y ABRAZOS PARA TODOS, MUCHAS GRACIAS POR VUESTROS MARAVILLOSOS COMENTARIOS.
5 comentarios:
Y aun con electricidad: son preciosas.
Todavía me acuerdo de ellas. Menudos porrazos con los dedos a la que tenía mi padre... A veces, me pasaba con la fuerza y traspasaba el pobre folio, que se quedaba agujereado o a lunares.
Un abrazote grande, Zoe.
Hay tres máquinas de escribir en mi vida. La primera, una manual a la que había que azotar y con la que descubrí qué pronto se atascaban las teclas unas con otras. La segunda fue una eléctrica con memoria, no sé qué secretos esconderá. La tercera, la de mi abuelo, donde escribía sus correspondiendos. Se merecen mi atención y mis cuidados. Tu post ha sido un toque de atención.
Conservo la Lettera 32, de Olivetti -no tan antigua como las de tu foto- que traje cuando me vine a España. Y utilicé.
Fin de La hora de la nostalgia.
Mariajesus, sí que son bonitas, verdad? Y todas los historias que guardan...
Jajaja, Isabel, a mí me pasaba igual, ¡le pegaba unos porrazos que no veas! Pero a mí se me colaban los dedos por entre las teclas y acababa siempre llena de arañazos, jajaja.
Fontenla, qué suerte la tuya que tuviste tantas. Espero que las cuides y las guardes bien, son toda una leyenda.
BLANCO, gracias por compratir un minuto de tu "Hora de la nostalgia". Ojalá algún día nos descubras los 59 restantes...
BESOS Y ABRAZOS PARA TODOS, MUCHAS GRACIAS POR VUESTROS MARAVILLOSOS COMENTARIOS.
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